lunes, 25 de enero de 2010

Contra la pasión...

Un poco de sosiego tras un apoteósico inicio es normal. ¡No te lamentes! Si crees que tu historia ha perdido brillo y quieres volver a sentir el fuego en el cuerpo, enciéndete de nuevo con los miles de argumentos que te hemos dado para recuperar la pasión. Pero, si la llama no vuele a prender, quizá haya algún motivo. Descúbrelo y ponte manos a la obra para resolver el apagón.

¡Trabajo, trabajo y más trabajo! Y... ¿no te queda tiempo para el placer? ¡Imposible! Ninguna relación sobrevive a la indiferencia. El exceso de preocupaciones, el estrés, el cansancio... pueden apagar la libido más ardiente. Necesitas distinguir claramente dos esferas: la privada y la pública. Y las relaciones entre ambas deben ser mínimas.

¡Me aburre el sexo! La rutina... una vez más. La repetición monótona de los mismos inicios y los mismos finales; noche tras noche, despertar tras despertar. El sexo puede llegar a convertirse en una actividad rutinaria y ¡sí! aburrida. Pero, ¡tranquila! Hay un remedio infalible contra el tedio: la innovación. Conseguir que cada encuentro sea una aventura es la mejor forma de asegurar la continuidad del amor y la pasión. Se trata de incorporar a tu vida sexual el misterio de los primeros encuentros y fundirlo con el extraordinario conocimiento, físico y emocional, que te proporciona el paso del tiempo.

¡No tengo tiempo! ¿Tienes una agenda apretadísima en la que no quedan ni unos minutitos para dedicárselos a tu pareja? ... Necesitas reservar parte de tu tiempo y de tu energía para el placer, pero... ¡ni se te ocurra fijar una agenda para cumplir con tus deseos sexuales! No hay nada menos estimulante que trazarse unos objetivos. El sexo es cuestión de deseos, de instintos, de impulsos; someterlo a un calendario que respete otros compromisos es tan absurdo como poco apetecible.

¡No le gusto! ¡No me gusto! La falta de tiempo, el exceso de trabajo y el malestar físico suelen ser los primeros argumentos que motivan el rechazo sexual. Pero, en infinidad de casos hay un motivo latente que interfiere en el disfrute sexual: la escasa autoestima. El pavor a mostrar el cuerpo desnudo puede frenar los instintos más primarios. Muchísimas mujeres y hombres se sienten avergonzados y rechazan su propio cuerpo.

Y... si tu caso no es ninguno de estos, ¿qué pasa? Quizá el problema sea tu pareja... quizá ya no te atrae igual que antes... quizá ya no lo deseas... quizá ya no estés enamorada... El desamor es un auténtico freno para la pasión.

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